La Ciudad

Sin autocrítica, el intendente Arroyo aseguró que le ponen “palos en la rueda”

Repartió críticas a opositores, "periodistas" y empresarios. Hizo un largo repaso de los "logros" de distintas dependencias. Y no admitió ninguna falencia.

El intendente Carlos Arroyo adjudicó este viernes las múltiples falencias de su gestión a los “palos en la rueda” que le ponen. Responsabilizó de eso a partidos opositores, “periodistas” y empresarios. Y dedicó gran parte de su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante a detallar los “logros” de cada una de las secretarías del municipio.

Arroyo llegó al recinto poco antes de las 17, luego de la derrota política que implicó para su partido la ratificación de Guillermo Sáenz Saralegui al frente del cuerpo. Su mensaje a los concejales duró dos horas. La primera parte la dedicó a enumerar las causas judiciales en las que su administración se defendió de denuncias a la gestión. La segunda, a enumerar datos “positivos”, que incluyeron desde la baja de homicidios hasta la cantidad de canastas navideñas que entregó su administración.

Para empezar, sostuvo que siempre dijo la verdad e hizo hincapié en su “honestidad”. “Les prometí ordenar el municipio y creo que lo estoy logrando con un gran esfuerzo”, afirmó.

Como en sus discursos anteriores, aludió a la herencia de la anterior administración. Para graficarlo, mencionó una deuda de “más de $ 51 millones” del Ente de Vialidad (Emvial).

Sostuvo que su gestión realizó un “esfuerzo” para “poner de pie a la ciudad”. Según relató, de los “más de $ 1000 millones de deuda” que había se bajó “a $ 100 millones”. “De déficit estructural a superávit operativo”, acotó.

Remarcó que su administración les paga a los empleados municipales “los días 1 de cada mes” con recursos propios y recuperó “la confianza de los proveedores”. “Cancelamos las deudas que otros nos dejaron”, disparó.

El intendente aclaró que el municipio “no depende de ayudas económicas externas” y que logró “equilibrio financiero”. Al punto que puede decidir obras “sin la tutoría de los gobiernos centrales”.

Rechazó que su gobierno tenga más funcionarios que el anterior: dijo que cuenta con 82 contra “103 de (Gustavo) Pulti. El “desorden” que le adjudican a su gestión, agregó, sale de “concejales malintencionados”.

Para argumentar los “palos en la rueda”, recordó denuncias de Acción Marplatense contra el aumento del boleto y el convenio por las fotomultas, una demanda del Consejo de la Niñez impulsada “por Unidad Ciudadana” y la denuncia de un concejal por el estado del predio de residuos. Ninguna prosperó, según indicó.

También mencionó una presentación judicial para que la ciudad estuviera libre de cortes de calle y rutas. Dio a entender que había prosperado y se había logrado una Mar del Plata con un ambiente “sano y saludable”. En la misma sintonía, recordó el amparo de la Mutual de Guardavidas. “Simplemente no renovamos un contrato”.

A lo largo de su discurso cargó además contra empresarios de la ciudad y “periodistas a sueldo” que hablan contra su gestión. “Yo no gasto en comprar periodistas, sino en escuelas y en reparar calles”, aseveró.

Habló maravillas de la reparación de asfalto y las calles que hace el Emvial. Resaltó que en materia de salud “se dieron pasos extraordinarios”. Elogió un “reordenamiento del sistema educativo municipal”.

En el plano de los anuncios, la construcción de más pavimentos se llevó las principales promesas. Por eso le pidió al Concejo que apruebe un leasing para adquirir maquinaria. Formuló a la vez un reclamo por el presupuesto y las ordenanzas fiscal e impositiva.

También anticipó una “desratización total de escuelas, plazas y parques del partido”. Con ese objetivo se compraron “dos toneladas de cebo”, comentó.

No hizo alusión a ninguno de los escándalos en que se vio envuelto su gobierno en las últimas dos semanas. Ni a los 300 equipos de comunicación para la Policía Local que tiene guardados en una oficina del cuarto piso de la municipalidad ni a la reparación de veredas de la plaza San Martín, para la que se inició una licitación con la obra en marcha.

Arroyo elogió tanto la tarea del secretario de Gobierno, Alejandro Vicente, como la del de Economía y Hacienda, Hernán Mourelle, dos funcionarios que no ocultan su enfrentamiento. Al primero le agradeció el rol judicial contra las denuncias a la gestión; al segundo le dio la razón en que “los poderosos tienen que pagar”.

“Nunca más una ciudad para uno solo. Nunca más que un secretario de Hacienda tenga que decir que en Mar del Plata los poderosos no pagan. Porque lamentablemente era cierto”, sentenció.

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